La forma de aprovecharse de esta función de Google Maps es realmente sencilla, ya que tan sólo tenéis que tener actualizada la aplicación y estar conectados a internet. Tan sencillo como esto.
Una vez hecho esto, cuando vayamos a buscar un ruta en concreto veremos como en la app nos aparecen dos tipos de radares, unos amarillos, que son los fijos, y otros azules, que son los móviles.
Los radares fijos están puestos por la propia Google, por lo que son más fiables, y los móviles aparecen gracias a la colaboración de los usuarios (nosotros mismos podemos poner avisos), que están atentos y van avisando a la aplicación de la existencia de un radar móvil. Por este motivo, las señales de estos últimos suelen ser menos fiables. COMPUTERHOY