La Fiscalía General ecuatoriana denunció este martes que su edificio central está siendo atacado por manifestantes indígenas y pidió ayuda a la policía y las fuerzas armadas, mientras las protestas se tornaban más violentas en varios sectores de Quito, la capital del país.
En un comunicado, la institución señaló que “se han tomado acciones para precautelar la integridad de los funcionarios y se han puesto a buen recaudo los expedientes e información sensible… con el fin de que ningún incidente ponga en riesgo las investigaciones y procesos en marcha”.
Fotografías de medios locales mostraron las puertas destruidas y otros daños en la Fiscalía, ubicada cerca de uno de los principales focos de las protestas, la Universidad Salesiana.
También hubo incidentes en torno a la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), que denunció “actos vandálicos por parte de manifestantes” contra su sede central, donde además “miembros de la Policía Nacional han ingresado sin autorización”.
La PUCE denunció que ha sufrido “la destrucción de la puerta de ingreso” a su campus, y también hizo “un llamado a la paz y al diálogo con la finalidad de que cesen estos actos de violencia”.
En otros puntos de la ciudad también hubo numerosos cortes de vías que obligaron a la Empresa Pública Metropolitana de Transporte de Pasajeros de Quito a suspender los servicios “hasta que las condiciones en las vías sean favorables”.