Investigadores finlandeses instalaron la primera «batería de arena» completamente operativa, que puede almacenar energía verde durante meses.
Los investigadores señalan que la nueva batería podría resolver uno de los grandes problemas de las energías renovables: asegurar el suministro continuo durante todo el año.
El dispositivo utiliza arena de bajo grado que es calentada con electricidad barata producida con energía solar o eólica.
La arena almacena calor a unos 500°C, que puede utilizarse luego para calentar hogares en invierno cuando la energía es más cara.
Finlandia importa de Rusia la mayor parte del gas que consume y la guerra en Ucrania intensificó el interés en alternativas viables.